En la primera mitad de la década de los 70’s del siglo pasado, en la Playa de los Muertos no había nada. Dos mujeres avecinadas en Puerto Ángel decidieron que iban a vivir allá; una a cada lado de la playa de casi 2 km.
El atractivo del lugar y de estas dos mujeres, visionarias, aferradas y libres, despertaron el interés de surfistas, budistas, nudistas, hippies, yupis, yoguis que empezaron a visitarlas. Así se fue conformando una comunidad bastante permisiva.
Tras diez años de vivir en la playa, surgió la intención de construir una escuela primaria, hecho que afloró la situación legal de los terrenos. Decidieron formar la sociedad de comuneros de Zipolite; 28 personajes que puedes saludar caminando por la playa.
En Zipolite no existe la casualidad, todo es causalidad.