Generalmente cuando se intenta definir el desarrollo empiezan a surgir una serie de palabras que requieren ser definidas: bienestar, mejorar, vivir mejor, calidad, etc.
Podríamos tener una infinidad de definiciones válidas. Si esto es cierto, entonces porqué tratar de englobar a todos en un solo modelo de desarrollo que a fin de cuentas acaba dejando fuera a gran parte de la población del mundo.
Es justo en este punto donde el desarrollo comunitario adquiere su verdadera dimensión. La comunidad define su propio modelo de desarrollo a partir de la manera en que imagina la relación con su entorno.
Y entorno a su modelo de desarrollo la comunidad se construye. La idiosincrasia femenina funge como motor determinante. Si existe duda, repasemos algunas historias.